top of page
Buscar
  • Foto del escritorCHA.MULTI

Luego de una semana de separación definitiva, tengo dentro un zapping de sentimientos, los canales van mostrando distintos géneros de ficción con distancia de microsegundos, drama, suspenso, comedia, solo que es muy real y crudo.

Desolación, entusiasmo, vacío, desgano, evasión, llanto, tristeza, alivio, amor propio, ansiedad, autodestrucción, angustia oral, dolores musculares nerviosos, compra compulsiva, asco por todo, bronca, dispersión, emoción, tristeza, vacío, alivio otra vez y así va rotando intermitentemente, en distinto orden, con más o menos intensidad, según el día, según las experiencias, según los otros, según el clima.

Quiero hacer de todo y nada al mismo tiempo, me acuerdo de lo que me dijo mi psicóloga: “si no sabes que hacer, no hagas nada”, luego se me viene otra palabra de la terapia que calma mi ansiedad por algunos segundos: “TIEMPO”, tan compleja y simple a la vez, compleja por lo que puede implicar en cada situación y simple porque transcurre y siempre de la misma forma, aunque nuestras percepciones lo alteren, él siempre está impecable, inimputable, inmutable.

La transformación me está poseyendo, soy consiente como nunca de que todo lo que estoy viviendo es transitorio, y por eso no intento acelerar, porque ya aprendí que cuando hago eso termino por retrasarlo aún más. Me entrego a éste proceso tratando de encontrar el límite entre transitarlo y caer en él sin control. Por ahora sigue habiendo una parte de mí que se puede despegar un poquito de mi cuerpo, observarme de afuera y ver con claridad.

Estoy entrando levemente en esa etapa de acordarme de todos los buenos momentos, para dar lugar al dominante miedo de no poder encontrar algo tan acorde a mí jamás, algo sano y que me tenga anonadada. Miro alrededor y empiezo a sentir que todos se acomodan donde tienen que estar y yo sigo dando vueltas en eje, como perdida, pero luego recuerdo que esto ya me pasó y es solo una percepción lógica y necesaria para mi transformación. Vuelvo a pensar y me repito que siempre puede haber algo acorde a mí, al “yo” que soy hoy, que ya no es el mismo que fui hace poco más de dos años. Lo que en aquel entonces era complejo pero atrapante lleno de novedad que tiñe de brillo, hoy ya solo es complejo y tedioso, agotador, que se consume toda mi identidad, mi luz más nítida y me quedo a oscuras, sin ver ningún camino posible, todo borroso. Entiendo que está bien que no pueda fantasear ni proyectar, como no pude antes imaginar donde estoy ahora, no estaba ni en mis más remotos planes, solo en mis deseos confusos y enardecidos.

Pienso en los detalles y me brillan los ojitos, los personajes de reparto son la magia de las películas, los que abren pequeñas puertas invisibles en el momento de su aparición, pero que después revelan todo un nuevo matiz, un nuevo sendero, y por más fugaz que sea su paso por nuestras vidas, son los que más nos marcan, los que calan hondo en nuestros mares y a veces mutan en personajes protagonistas.

También recuerdo ese sentimiento anterior de entrega y piloto automático que me trajo hasta acá, confiar en mí nunca me salió mal, valorar verdaderamente lo que tengo y disfrutarlo aquí y ahora, ni sospecho lo que puede traerme cada momento, cada persona, cada micromundo por el que viajo.

TIEMPO PERDIDO son palabras que me atormentan, con fuerza las empujo fuera de mi visión y aparece en su reemplazo: “APRENDIZAJE”, de la mano de “causa-consecuencia”. Cada pequeña cosita me lleva a otra que necesitaba, y que no podían ser una sin la otra. Comienza un nuevo juego de dominó. Respiro hondo, levanto la cabeza y abro mi pecho para todo lo que venga.

67 visualizaciones3 comentarios
  • Foto del escritorCHA.MULTI

No te extraño a vos, lo extraño a él, ese que solías ser cuando me elevabas. ¿Habrá muerto ese que sigue en mis ilusiones?, ¿o seguirá en alguna parte de tu cabeza junto a esa que fui?

Si vos tuvieras esa duda, yo te podría decir que esa que fui murió, pero lo hizo en paz y ya estaba agonizando así que fue un alivio. Y la que soy hoy la recuerda con amor, con compasión, como un ser que tuvo que existir para parir a esta otra yo.

Esa yo estaría orgullosa del ser que originó, ¿vos podes decir lo mismo?

¿Tu yo de aquel entonces murió en paz o lo hizo de una forma accidental, trágica y repentina con un dolor que lo arrancó de raíz?

Como me gustaría que nos juntemos los 4 a hablar para poder dejar todo atrás pero con conciencia, con tranquilidad, para que el fantasma se convierta en recuerdo definitivo de una vez y deje de emitir chispazos de dolor intermitente en momentos inesperados. Momentos en los que no la ves venir y estas indefensa, las balas entran sin frenos. A veces son tan chiquitas que nuestro cuerpo no las llega a percibir pero después vemos las cicatrices, y muchas cosas inexplicables comienzan a cobrar sentido. Un sentido que te llena de miedo tan silencioso como esas balas, no lo podes ver ni escuchar pero todas tus decisiones huelen a él. Es tan silencioso que se va metiendo en cada célula sin que puedas notarlo, mucho menos explicarlo.

Después te das cuenta pero ya hizo metástasis, y un nuevo miedo aparece: ¿Cuándo pueda curarlo será demasiado tarde? Y así el dominó de miedos se va ubicando en tu espalda, en tu mandíbula, en tus pies. Se transforma en una invasión de mosquitos, cuando estas ocupado matando algunos, el resto ya están saboreando tu sangre. Te empiezan a consumir la energía del entusiasmo, de la sorpresa, de la intensidad. Con todo éste proceso en el cuerpo ¿Cómo pretender que alguien se acerque y se quiera quedar?

Nuestra mente se engaña, por eso creemos que ya estamos listos para recibir a otro ser en nuestras vidas. Es la soledad desesperada la que permite que la mentira se transforme en la mano derecha del miedo, y juntos ejecuten el plan macabro de la muerte. El plan consta en disfrazar la ansiedad y la angustia existencial de control y autosuficiencia: mientras la caída libre es cada vez más violenta y acelerada, más reímos, más nos entretenemos, nos distraemos, fingimos demencia. Esto hace que este puto sistema social individualista funcione, con millones de engranajes perfectos alimentados de mentiras y miedos. Las distracciones nos salvan de la conciencia cruda, del envejecimiento letal. Así vamos, a los tumbos, pero es lo que hay, pequeños destellos de conciencia como éste nos alivian el peso y nos hace más mortales que nunca.

Lo que quería saber al principio de éste texto, ya dejó de tener importancia porque al menos lo pude expresar, le pude dar entidad con preguntas y posibles respuestas. Con eso hoy puedo descansar, mañana vemos como sigue…

27 visualizaciones0 comentarios
  • Foto del escritorCHA.MULTI

El arte de la espera, de la paciencia, aprender a disfrutarlo, a tomarlo como un “si”. Si, está pasando algo, con curiosidad, con ansias de sorpresa. No es tiempo muerto, es tiempo vivo misterioso.

¿Qué estará gestando mi silencio en esos otros? Ya sabré, pero mientras imagino, respiro, me descontracturo, sonrío placida, también carcajadas limpias, me lleno de música, de libros, le doy de comer a mi alma hambrienta, para que la creatividad rompa los límites, para que algo de esa aventura se manifieste en el universo, como una realidad que me empape, que me atraviese.

Me libero de las certezas encarceladoras y me entrego a la incertidumbre, que es la adrenalina que hace latir mis pensamientos y me empuja a fluir en este mar de emociones.

9 visualizaciones0 comentarios
bottom of page