El arte de la espera, de la paciencia, aprender a disfrutarlo, a tomarlo como un “si”. Si, está pasando algo, con curiosidad, con ansias de sorpresa. No es tiempo muerto, es tiempo vivo misterioso.
¿Qué estará gestando mi silencio en esos otros? Ya sabré, pero mientras imagino, respiro, me descontracturo, sonrío placida, también carcajadas limpias, me lleno de música, de libros, le doy de comer a mi alma hambrienta, para que la creatividad rompa los límites, para que algo de esa aventura se manifieste en el universo, como una realidad que me empape, que me atraviese.
Me libero de las certezas encarceladoras y me entrego a la incertidumbre, que es la adrenalina que hace latir mis pensamientos y me empuja a fluir en este mar de emociones.