top of page
Buscar
  • Foto del escritorCHA.MULTI

Hoy descubrí que nadie me va a salvar. Y el silencio se hace más profundo pero más verdadero. Los pájaros vuelan más bajo pero los puedo ver más de cerca. Los ojos se me llenan de lágrimas pero se me dibuja una sonrisa. Me agarra un escalofrío por toda la columna pero se relajan mis hombros. Porque hoy me di cuenta que todo depende de mí y solo de mí, y siendo así, hasta acá me traje rodeada de amor, emanando amor. Respiro hasta los huesos más ínfimos de mi cuerpo y dejo que la esencia de mi alma delimite el camino, esquivando la lógica, la razón y los mandatos.

Me entrego a mí misma, confiando, ya que tan mal no lo hice. Hoy la historia me muestra que me quiero, así que respiro y confío.

11 visualizaciones0 comentarios
  • Foto del escritorCHA.MULTI

¿Ya está? ¿Eso fue todo? ¿Vamos a verlo esfumarse como el vapor de una olla que contenía el brebaje de todos nuestros cimientos y sueños?

¿Así nada más va a desaparecer, como si nunca hubiera existido, como si no le importara a nadie?

Y cuando todas estas preguntas recorren mi cuerpo, y prefieren no encontrar respuesta a encontrar una que duela más que la incertidumbre, recuerdo una pregunta tuya que me quedó grabada: “¿me vas a saludar por la calle cuando nos crucemos?”. Cada vez que la recuerdo siento que se esfuma más rápido eso que fuimos. ¿En qué cambia que te salude por la calle?, ¿lo necesitas para que otros lo vean?, ¿para confirmar que somos desconocidos que se respetan o que cada vez estamos más lejos de esos que fuimos? ¿Cómo se te ocurre esa pregunta en el medio de la marea de angustia y miedo por todo lo que se rompió?

Por momentos creo firmemente en que no hay otra forma de separar, de soltar, pero por otros y muchos momentos, la tristeza, el vacío y el absurdo me invaden la piel.

¿Cómo haces para no extrañarme? Y si me extrañas, ¿ cómo haces para no llamarme?, ¿tan bien encaja todo lo que hay en tu vida ahora, en el espacio que yo dejé?, ¿tan universal es ese hueco?, ¿o tu negación es la más poderosa de todas?

Me cuesta tanto entender que te pasa que nos siento muy diferentes y la distancia cobra un sentido que me da paz, es lo más sano pienso luego.

Lo único que me queda es atesorar los mejores recuerdos, los aprendizajes, creyendo que ese saludo que me pediste es el último y único símbolo de complicidad, junto con nuestro tatuaje, que comprueba que a nosotros sí nos importa, que dimos todo lo mejor que teníamos y eterniza nuestro amor.

27 visualizaciones0 comentarios
  • Foto del escritorCHA.MULTI

Si tengo que volver a morir, qué ésta vez sea inconsciente. Las veces que morí, la conciencia lo volvió agónico. Mi alma es un acordeón que se estremece tocando música fúnebre en tonos graves y volumen alto, fúnebre, violento.

Eterno resplandor de una mente con demasiados recuerdos, planteos, imaginación tenebrosa. Asusta y duele al mismo tiempo, duele mucho. ¡No soplen que me quiebro! Y mi voluntad para rearmarme está muy tenue, frágil.

Si tengo que volver a morir, que ésta vez sea inconsciente. Todas esas veces que morí me fueron haciendo más fuertes, pero más insensible, más celosa de mi entrega. No quiero ser una piedra mezquina, resentida, desganada. Prefiero resguardar en soledad mi pequeñísimo castillo de naipes que tanto me costó construir. Nadie, ni testigos ni obreros deberían poder aplastar de un soplido.

Mis naipes están endebles, no resisten ni una respiración muy fuerte.

Ni todo el tiempo pasado fue mejor, ni el futuro tiene porque serlo (depende del disfrute de hoy). Solo tenemos esto que veo, toco, respiro, me envuelve, lo abrazo sin mirar a los costados. No me miren, no me cuenten, olviden que existo. Necesito dejar de existir, pertenecer a la nada por un tiempo. Necesito volver a morir sin tantas secuelas. Para eso, no necesito su visión, su opinión, solo su amor, su abrazo silencioso, su pecho para escuchar sus latidos.

Pido disculpas si soy una mercenaria de las emociones, es mucho para perder si salgo de éste camino.

No renaceré como un ave fénix, mis alas ya se niegan y le dan el lugar a mis piernas, más serenas y arraigadas. Mis pies se aferrarán al piso agradeciendo que no sean mis rodillas las que lo hagan. Asi me encuentro, sobreviviendo. Prefiero esta quietud sensible al movimiento frenético sin rumbo, que si me descuido son balas perdidas que pueden lastimar y lastimarme aún más.

Quietud, lentitud, ostracismo, amor propio para que sea una muerte natural mientras medito, esperando un renacimiento inevitable e inconsciente.



18 visualizaciones0 comentarios
bottom of page